domingo, 30 de enero de 2011

Escena del crimen

Son las dos y media, de la tarde. recién me levanto, tengo vómito en mis pierna y en mi cuarto, un rastro negro y baboso delimita la escena del crimen. Detrás de la puerta, con los dedos enrojecidos, estas tú. Te robe el corazón mamá, por eso te desquitas con la puerta. Lo tome en mis dedos afilados, lascivos. Esos dedos carnosos que tu sujetabas cuando niño. Mi primer amor, me hacías volar, en tus manos levitaba, y solías ser una brisa cálida. Tocabas mi rostro, que te ama. Besabas mis ojos, y desde ahí me bebías el corazón.
Estoy maldito y tu lo sabes preciosa. Mi espíritu camina en sentido contrario a mis ideas, por eso me persigo, por eso te traiciono, y a donde vallamos nunca me encuentro, no me encuentras. Me volteo y lo veo lejos, siempre lejos. Y tú corazón inundado de su vientre escombra espacios persiguiéndome.
Comí tu corazón mamá, para hacerme Dios. Como los korowai, mi vida, mi energía, se sostiene en mis semejantes. Y soy un circulo o una fiera silvestre o un bello diamante, pero no volteas, no me escuchas, probablemente no me ames. Haces bien, el dolor configura en mí. Tengo una cruz de espinas a cuestas que hiere; sangran tanto, quienes me aman. Probablemente mis locuras, mis fugas, mis errores (tanto me he equivocado), mi infancia, mi padre me han apocado a tus ojos. Así te excuso y entiendo porqué cuando me ves, te sientes frente a un ser absurdo o una flama roja, que se apaga. Pero morena, pequeña y hermosa, a tus ojos enrojecidos -por mí puta culpa- dales este mensaje: tu hijo, este manojo de culpas, es el propietario de la luna. Si me lo permitieras, te bajaría no solo estrellas, también ídolos y dioses; pero soy tan torpe, y tus manos tan pequeñas.
Te recuerdo cantando esa canción de Jeanette... decías "que tenga el corazón de poeta" y yo entonces tan niño, tan inexperto y candoroso te creí. Ahora que te duelo, soy un maldito poeta. Le arranco estrellas a la noche. Las pongo en tu manos y no las ves, no las acaricias. Me dices, lo siento no tengo lentes.
A mi también me dueles, y mucho. Estamos a mano corazón.
 
amar duele...

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