domingo, 30 de enero de 2011

TRES (pese la fugacidad)

Atrapadas
mujeres árbol
me tienen contento
-ese día chicas abrí una puerta-
numen, arboles bellos
femeninos
arboles como los de Van Gogh
sinuosas
con piernas que reflejan el sol
y yo sentado, calando el dulce humo
de sus hojas inflamables
para convertirme en un río
marrón
borro mi rastro
y olvido y olvido
-ese día chicas me perdí el rastro-
para lamer sus raíces
soy un canal inaugurado
o bajo dividido, como miles de gotas
para abrazarlas
para que no me olviden
me engullo el corazón
como el tiempo a sus hijos
me descuartizo y lanzo
como hielo
me desparramo
para verlas consumidas y marchitas
para asirlas
para volver a mojarlas
hago del poema un espectáculo macabro
y aquí ustedes
-ese día fui el animal que sacrificaron-
mujeres árbol
ambas, jodidas,
prisioneras
soy un montañés
las tengo confrontadas
rendidas al filo de mi hacha
frente a la posibilidad de ser heridas mortalmente
pero, por ustedes tiro las armas por la ventana
me desnudo y cruzo
el verde, el azul, el amarillo, el rojo campo
para acurrucarme
para entrar en sus durámenes
sé ser dos personas
o un par de girasoles, si es preciso
Pero, he nacido tan defectuoso
soy el caos hecho hombre
y lamentablemente están en el ojo de la tormenta
ustedes que aman el peligro
-ese día sus cuatro ojos han asentido-
están enraizándose sobre una mortaja
(eso me han dicho)
pero quienes están mal
acaso no son ellos los hastiados
los que ven con recelo nuestra piromanía
y en su soledad envidian
nuestro pacto con la vida
con la muerte
nuestro anacronismo
nuestra abyección
nuestra sublimación
el estado bruto de nuestro amor
y todas las heridas de vivir, en nuestro cuerpos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario