domingo, 15 de mayo de 2011

Retrato de Tragedia

Son casi las doce. De la noche caen recuerdos como arañas, y un calor insoportable se prende de la cabeza, poniéndonos más húmedos, más salados. Las estrellas, tus amigas, como Bonzos están escribiendo tu nombre. Las veo girar, y sus carnes desprendidas, hacen nuevas estrellas; y sus corazones suben a otros espacios; como ofrendas amarillas.
Siempre he sido malo con las despedidas. Y tu olor a vino y chocolate, me está matando, mientras aquí en lo táctil el viento sopla retazos tuyos por todas partes, mis manos están rojas y tristes. 
La poesía ha de tener la dinámica de los torbellinos, me dijo Dios antes de hacerse una pepita blanca y sembrarse en la tierra.
El cuarto está más rojo que de costumbre. Y estoy sacándome trozos del corazón por la boca, para hacerte un avión del color del ocaso que riegue tus pechos amanecidos, cada una de mis células quisiera escapar de mi constitución y pegarse en las alas, en la cola, en la cabina de mando; para poder volar hemos de vaciarnos los huesos, prescindir de la mitad nuestros pensamientos. Pero no te olvido. De ahí que la longitud de tu espíritu sea elástica como los brazos de la muerte. De ahí las amanecidas apaciguando ese animal que me hace desconocido. De ahí la frustración y las noches en vela.
Este instante te extraña. Y soy la casa de playa después del Tsunami. Estoy desolado y tu color cae a la tierra como la tarde a los niños. Es tiempo de guardarse, mientras tanto, todos los capullos habitables ya fueron vendidos. Y me esfuerzo por avanzar entre tu retirada, a pesar que sé que me celas, que construyes desde tu castillo verde el momento de la caída. 
¡Bum! 
Te esperaba, pero no estaba preparado.


(cuadro: Andy Warhol)

2 comentarios:

Mixha Zizek dijo...

Interesante texto, lleno de imágenes, poético.

te sigo leyendo en tus otras entradas.
Saludos ;)

abatido pero mirando las estrellas dijo...

Gracias por leerme Mixha, pasaré a checar tu blog. Será un placer.
Saludos ;)

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