mientras tanto tú llamabas el norte y remando nubes, te desvanecías.
Y me declaro culpable. Yo maté esa estrella, yo lamí su tintura,
la hice oscura como el amarillo.
Por entonces yo era el falobelisco, que penetraba tu vientre nebuloso
y oscuro; y te hacía retorcer como lágrima.
Y lamento ser el enemigo,
lamento ser el icneumónido;
lamento, además, ser ese cementerio que te obligaba a cruzar por las noches.
- Ábreme la puerta, vengo llamando horas. Isabel,
mis cigarros me están contando historias terribles,
y mis orejas saltan la ventana como palomas grises.
- Luis, he inaugurado un mar con tu nombre,
acaso no te basta.
- Tráete un poco para acá, que los finales me dan una sed barbara.
- Estas jodido huevón, el mundo no gira en torno tuyo.
- Pero vente un poco más acá, que hueles fría, y yo hecho chispas de los ganglios.
Estrella dulce.
Ahora, escena de un ocaso marino.
Voy a romperme el zócalo, para que veas que soy enano.
Voy a arrancarte las manos para que no termines el cuadro
para regalarte las mías.
Te propongo un final infinito
...
(cuadro: Salvador Dali)
7 comentarios:
Acepto. Hermoso cuadro, te amo. Amo tbm lo que juntos pintamos.
eres un genio!!!! tu idea del blog me afana mil!!! TE AMO.
yo también te amo.
XD
Yo también te amo ;)
bueno, gracias por el amor.
;)
Pasa que es muy fácil amarte, amor... hoy fue un día genial.
un final infinito, te amo.
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